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Todo lo que hacen los niños puede ser aburrido o divertido, dependiendo de su estado de ánimo, de la cantidad de gente que lo quiera hacer y de la percepción que tenga el niño de por qué debe realizarlo.
Mientras que algunos niños disfrutan de la natación, otros se quejan de que es aburrida. Mientras que algunos disfrutan yendo a un campamento de verano otros lo aborrecen. A algunos de los niños que realizan los ejercicios de LaLeL les podría parecer aburrido (especialmente si lo ha sugerido un adulto). Después de todo, muchos estudiantes disfrutan realizando sus ejercicios diarios de LaLeL, hacerlos contrarreloj y lograr el 100% de aciertos porque se sienten muy bien cuando son elogiados por sus padres.
El objetivo de LaLeL es establecer un hábito de trabajo de forma que el alumno crezca con esa costumbre. El estudio de LaLeL le proporciona una excelente oportunidad de reconocimiento diario y un refuerzo positivo.
Por otro lado no todo lo que hace un niño tiene que ser necesariamente divertido. Hay días en la vida de un adulto en la que debemos hacer tareas monótonas (transporte diario, trabajo administrativo, lavandería,…) pero no por ello dejamos de hacerlas. Realizamos estas tareas porque son absolutamente necesarias para mantener un ritmo de vida adecuado. Si su hijo le dijera: “El colegio es aburrido… No quiero ir nunca más a clase…” ¿Consentiría tal protesta?